Por la mañana visitamos el fuerte de la ciudad. Un guía de la calle nos enseñó todo en perfecto castellano. Nos explicó además muchas cosas de los templos Jainistas y Budistas. La visita estuvo muy bien e hicimos muchas compras. ¿Quién dijo que la India era barata?

Luego habíamos contratado en el hotel un safari por el desierto y a las 2:30 vino a buscarnos en un Jeep un tío al que no conocíamos de nada y nos iba a llevar al desierto. Primero paró en un mercado y se subieron en nuestro Jeep una mujer con sari, un chico y una niña muy pequeña que fue la única que montó adelante y tardó 30 segundos en dormirse. No es que se durmiese normal, es que se durmió a lo largo con la cabeza estorbando al que conducía y evidentemente sin cinturón ni silla ni nada parecido. Paramos en un cementerio de Maharajaes y después en un poblado en mitad del desierto, de donde era el del Jeep, la señora y la niña. Si la India es pobreza extrema, ya en el desierto os podéis imaginar el panorama: 5 años sin llover, el pozo mas cercano a 5 kilómetros… Luego fuimos a otro poblado a por los camellos. A Salva le agarró un niño de 8 años de la mano (Vikram) y le empezó a llevar con paso rápido por todo el poblado. Era un poco sospechoso ya que los niños no se atreven a darte la mano pero le seguimos y nos quería meter en su casa para supuestamente enseñarla. Al entrar en una especie de patio salieron 3 mujeres que se abalanzaron sobre Carol y la intentaron quitar o robar el reloj, el gorro y el coletero todo a la vez, mientras el niño tiraba de Salva que iba toda pastilla y no se enteraba de nada.
Pasado ese mal rato montamos con dos desconocidos camelleros y sus camellos rumbo al desierto. Los cuatro, mejor seis con los camellos, dimos un paseo de una hora por el desierto tan felices hasta llegar a una duna donde nos esperaba el del Jeep. Durante el paseo te descuenta de que estás en el desierto con dos tíos que no conoces de nada y que en España te darían miedo, sin nada alrededor, perola gente aquí es muy honrada así que sin problema.

Nosotros no sabíamos que era eso de dormir en el desierto, en los foros la gente decía frases como «No conoces el diserto hasta que no duermes en él» Me cago yo en el que escribió la frase!. Para nosotros fue una expierencia religiosas ya que no sabíamos como iba a acabar la cosa. Los del Jeep (2) se pusieron a cocinar mientras nosotros veíamos la puesta de sol comiendo fruta. Luego comimos lo que nos prepararon (el sabor no muy bueno y encima muy picante) y cuando se iba a hacer de noche cerrada, cogen los de los camellos y los del Jeep, empiezan a recoger el chiringuito, ponen dos mantas en el suelo y alá! A dormir… La cara de Salva era un poema jajaja, al final, cuando era noche cerrada llegó un tío, se sentó cerca de nosotros, cenó y se puso a dormir a nuestro lado. Encima no sabía inglés pero pudimos «adivinar» tras decir su nombre que era el camellero de Carol (Dryman)
Con este panorama, con un cielo estrellado y en medio del desierto inmenso y el camellero diciendo que en el desierto puedes encontrar zorros, burros, antílopes y perros (de los cuales uno había venido detrás de nosotros desde el poblado) intentamos tomarlo con humor e intentar dormir…