Día 3 Agra –Jaipur. Me he comprado un sari!

Nos hemos levantado a las 6 y hemos desayunado en la habitación. Aquí son serviciales 100% y el mismo que estaba dándonos de cenar nos ha triado el mega desayuno para 8 personas (quien dijo que Carol iba a adelgazar?)

A las 7:30 ya estábamos en carreta (por decir algo). Primero visitamos Fathepur Sikri, una ciudad abandonada al poco tiempo de fundarla los mongoles hace 300 años, por falta de agua. Aquí los guías locales literalmente se han pegado por nosotros (hay poco turismo) El guía que nos ha acompañado pronunciaba el inglés como mi padre, Carol pasaba de él y él de ella. Fijaos hasta donde llégale ingenio (o el hambre) que mientras el guía nos explicaba, un tío se iba quitando la ropa para tirarse a un tanque de agua verdosa y asquerosa mientras nos llamaba para que le hiciéramos una foto a cambio de pasta Evidentemente no colaboramos en dicha azaña. En el segundo palacio tuvimos otro guía que nos llevó dentro del patio del propio palacio a ver un puesto que estaba en el suelo y que era de su familia (aquí los 1300 millones de indios son familia…) Mientras un tío abanicaba a Carol (tal cual) otro nos vendía un elefante dentro de un elefante dentro de un elefante (si, si) Después de hacer una ofrenda en una tumba donde atabas una cuerda y pedías un deseo de regatear y comprar algo, vimos la segunda puerta mas alta del mundo y a su lado una cabra comiendo papel (que impactó mas que la puerta a Carol).

Tras querernos vender cientos de pulseras, elefantes, postales, llaveros… nuestro séquito nos acompañó al coche. Después de parar en un bar de guiris otra vez (esta vez sin cobra) llegamos a Jaipur sobre la 14:30. Como el Hilton en Agra nos flipó hemos hecho un change y estamos en el Hilton Jaipur que es clavado al otro. Fantástico. Queríamos comprar un sari y el guía, como no, nos ha llevado a la tienda de un amigo buena calidad buena precio. A Carol la están haciendo un sari a medida que traerán mañana por la tarde al hotel y hemos hecho algún que otro encargo. Luego hemos ido a ver algo de un Maraha, el templo de los monos donde los chavales dan plátanos a los monos (aquí todos los animales son sagrados, si pillan cerdo salvaje se lo comen, pero plan sagrado), una vuelta por el centro de la ciudad (bazares con tiendas para ellos) No hay turistas y la gente se para a mirarte o a hablar contigo solo para aprender el idioma. Después de un par de compras, hemos ido a un restaurante “familiar” muy cutre por fuera pero por dentro todo ok. Hemos cenado bien, vuelta al hotel donde por fin funciona el wireless y publicamos esto.